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CONOCE EL TALLER DE AGUA DE RÍO.
VISITA.
14 de septiembre de 2019.
Por: Karen E. Narváez.
Sábado por la mañana y nos decidimos ir a uno de los talleres de barro más bonitos de Oaxaca. Cubierto de montañas y milpa, en las profundidades de Tlalixtac de Cabrera, se encuentra tras una barda de carrizo y muros gruesos de tierra, el taller de Brenda Ríos: creadora de Agua de Río.

Nos recibió en primera instancia Domingo, el perrito de Brenda y después de un buen café nos pusimos a charlar sobre el antes, el ahora y el quién sabe qué viene después del taller.

Brenda nos platicó sobre su búsqueda y encuentro, de cómo inició el taller y a qué respondía. Las técnicas, herramientas y el entorno le muestran el material que le cambiaría la vida: el barro. Una vez decidido que empezaría a trabajar con él, aprendió a usar el torno, descrito por ella como una bestia indomable en ese entonces. La misma práctica la hizo crecer y de pronto su producción necesitaba más espacio.
El taller de Agua de Río nace de la inspiración y amor por lo prehispánico, por los orígenes de la tierra, la cosmogonía como su principal formación y Oaxaca como el lugar que tanto le ha dado. Ya listo el dónde, quedaba por saber el cómo y la respuesta se fue dando sola: con un horno de leña.

El horno de leña le dio sentido a su torno, a sus tierras y al mismo espacio de trabajo. Este ser que en agradecimiento le mostraba una lengua de fuego, hizo que Brenda empezara a tener un sello especial en cada pieza que ella elabora y se convirtió en el corazón de Agua de Río. Todo gira a partir de él y de su voluntad.
Hoy en día, Brenda basa su proceso creativo en la observación y en la experimentación con el material, así como en la inspiración constante de la naturaleza que la rodea y el mismo cuerpo humano. Agua de Río es el resultado de un proceso lleno de dedicación y amor, las piezas son reflejo de la mano de quien las trabaja, capaces de cumplir una función considerando siempre al cuerpo que las hizo y al cuerpo que las ocupará.

Con el fin de conocer más sobre el barro, sus propiedades y alcances, el taller ahora se encuentra abierto al público y con la capacidad de brindar clases de alfarería a quién le interese tomarlas y poco a poco hacer más comunidad entre los visitantes.
Agradecidos de que nos haya abierto las puertas de su taller y de conocer cómo han ido evolucionando las piezas de Brenda, desde la primera que resguardamos en Habitáculo hasta la última, nos llena de emoción de lo que vendrá ahora que está experimentando con pigmentos y color. ¡No podemos esperar a verlas!